El nombramiento optó por un diálogo entre las sensibilidades regionales y occidentales, consolidando el interés en las propuestas que combinan la memoria cultural y las lecturas universales.
Entre las ofertas sobresalientes, la venta de ‘Petal Tree’ (1975) por Salvador Dalí, un gouache con collage de hojas secas en papel japonés 35 centímetros de lado. El trabajo, firmado y fechado por el artista catalán, alcanzó 635,000 dólares hongkoneses (69,600 euros, $ 81,600 dólares estadounidenses), superando las expectativas.
Esta pieza, creada para el Hoechst AG alemán y exhibió tanto en la Sevilla Expo de 1992 como en el Museo de Figueres de Dalí, muestra el poético surrealista habitual del maestro, que continúa atrayendo a los fanáticos orientales.
La escultura monumental fue la tierra de Jaume Plennsa, que presentó ‘Alabaster Head’ (2008-2010), un busto de alabastro de 173 centímetros de altura.
Viniendo de una colección privada japonesa y con historia en el Yorkshire Sculpture Park British, Hongkonese (326,400 dólares estadounidenses, $ 278,400 euros).
Reconocido por su exploración de la identidad y el silencio interno, Plennsa confirmó aquí la demanda regional de esculturas contemporáneas a gran escala, capaces de diálogo con la tradición y la urbanidad asiática.
La sorpresa de color vino con el emblemático artista colombiano Fernando Botero.
Su ‘Guitarrista’ (2003) Oil, de la Galleria d’Arto Contini de Venecia y exhibido en Estambul en 2017, se vendió en 1.77 millones de dólares hongkoneses (194,000 euros, 227,500 dólares estadounidenses), dentro de su estimación.
La pieza condensa el estilo inconfundible del artista, que murió en 2023: cuerpos de formas amplificadas, atmósfera íntima y sentido musical.
Botero consolidado en la última década una presencia sólida en Asia gracias a las exposiciones en Beijing y Shanghai. Su trabajo ‘los músicos’ alcanzaron más de cinco millones de dólares en Christie’s, y los críticos como el Xing Xiaosheng chino lo han reconocido por la universalidad de su idioma.
El día nuevamente subrayó la creciente atención a otros nombres latinoamericanos. Wfredo Lam, cubano de ascendencia cantonesa, también ha ganado terreno en la región: su lienzo ‘imine Obini’ (1943) alcanzó los 9.6 millones de dólares después de Itiner por Hong Kong, Beijing y Shanghai.
Del mismo modo, el Oswaldo Vigas venezolano mantiene su proyección internacional. Su estreno en la Galería Hongkonesa Kwai Fung-Hin (2023) abrió el camino a nuevas muestras planificadas en Hong Kong y Singapur en 2026.
Se confirma Sotheby’s Hong Kong, así como un escenario estratégico en el que convergen artistas europeos y latinoamericanos, en un sector que busca propuestas que vinculen la tradición y la contemporaneidad en el mismo gesto estético. Efusión