Una tormenta devastadora ha azotado el Corregimiento en La Guayacana, ubicado en las zonas rurales de la comuna de Tumaco, en Nariño. Este desastre natural dejó a numerosas familias sin hogar, después de que los techos se elevaran por los cielos como si fueran simples sábanas de papel, despojando a los residentes de su refugio.
La comunidad de Tumaco describió el evento como algo inédito, un fenómeno climático que nunca habían presenciado antes. Este caos comenzó la tarde del sábado 3 de mayo, inicialmente con una ligera lluvia que pronto fue seguida por vientos violentos, llevando a una destrucción casi total de los hogares.
No solo los techos fueron arrancados, sino que también las ventanas volaron hacia el aire, mientras una inundación parecía golpear a esta ciudad, que se ubica a menos de una hora de la municipalidad de Tumaco y que ha sido históricamente golpeada por la violencia y el conflicto armado durante varias décadas.
Varios valientes residentes decidieron grabar la escena con sus teléfonos celulares, capturando así momentos aterradores que quedaron como testimonio de la angustia vivida tanto por hombres como por mujeres en esta catástrofe.
Muchas casas han sido dañadas. Foto:Específico
Una mujer, en un momento de desesperación, exclamó: «Así era mi pequeña casa,» mientras mostraba el impacto lamentable que el viento había causado, casi dejando a su hogar de madera reducido a escombros.
La potencia de los vientos arrasó con la conectividad eléctrica, dejando a toda la comunidad sin suministro, la cual depende en gran parte de la agricultura y la pesca como fuentes de ingresos.
No hay servicio de energía
Hasta las primeras horas del domingo, el suministro eléctrico no había sido restaurado, y los residentes continuaban esperando a que funcionarios del alcalde de Tumaco y miembros de agencias de ayuda evaluaran los daños causados por esta calamidad severa.
Las autoridades locales requieren solidaridad. Foto:Específico
«Aquí necesitamos al presidente de la Junta de Gestión, y si no lo es. ¿Dónde está la oficina?», expresó un residente que se mostraba frustrado por la ausencia de funcionarios gubernamentales en este tiempo de crisis y angustia colectiva.
«Permítanles que vengan a tomar fotos y vean cómo está la situación, el alcalde o cualquier persona; ¡pero que vengan!», añadió, indignado.
Las personas en la zona están sumidas en la desesperación, no sabiendo qué hacer. Algunos vecinos ofrecieron hospedar a quienes no tenían un lugar seguro para pasar la noche, mientras el residente buscaba respuestas ante la inacción de las autoridades, sin saber dónde iba a descansar la cabeza esa noche.
«La verdad es que estamos muy afectados; miren mi pequeña casa, todo está destruido,» dijo un individuo mientras regresaba a su hogar en ruinas.
Se grabó lo que quedaba de su vivienda y la impotencia se reflejaba en su voz: «La gente aquí está desesperada sin saber qué hacer».
«Fue algo increíble; nunca habíamos visto una tormenta como esta aquí,» comentó, señalando que la magnitud del desastre había afectado a muchas familias, describiéndolo como un fenómeno natural inesperado.
«En un instante todo terminó. Tal como un tornado. No había señales previas, todo sucedió en un momento,» agregó con un tono de resignación.
Su tristeza era palpable mientras recordaba la devastación: «En un segundo, todo lo que había construido con esfuerzo se desvaneció. Esta es la naturaleza.»
«Esta es mi pequeña casa, la construí con todo mi esfuerzo para mi familia. Veo cómo se ha convertido en nada; todo fue cuestión de un instante,» expresó con dolor, compartiendo su tragedia.
La movilidad también se vio afectada. Foto:Nariño llorar
Piden ayuda
Al despertar este domingo, los habitantes solo pudieron confirmar la magnitud del desastre en su comunidad. Encuentros de casas destruidas, árboles caídos y un sentido de devastación palpable en el aire.
Surgieron con la esperanza de recibir apoyo y solidaridad de los tumqueños, quienes pueden contribuir con donaciones de alimentos, ropa, mantas y medicinas que son absolutamente necesarias en estos tiempos de gran incertidumbre.
Las voces de madres y niños resonaban, llenas de temor, sin saber dónde pasarían esa noche, mientras aquellos que se acercaban a ofrecer ayuda buscaban maneras de alivianar su carga.
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Su familia apoya una investigación privada. Foto: