Son el árbol de los huevos de oro. – Colombia informa

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Una pregunta: ¿Qué conecta a Venus, el superyate de 78 metros de eslora de Steve Jobs, y un remoto bosque en León? Había muchas maneras de empezar este artículo, pero no pude resistirme a hacerlo por el hecho más inesperado: lo que une estas dos cosas es el álamo.

La historia es bien conocida: antes de morir, Jobs diseñaba un barco espectacular que no pudo terminar antes de morir. Pues bien, la madera para la cocina de esta lujosa villa flotante provino de León. Y aunque eso no explica por qué España está llena de álamos, sí da una idea de por qué.

El auge del chopo. Hay hectáreas de álamos en Europa han crecido un 2% anual en los últimos años. Pero España no es Europa en lo que a campos de chopos se refiere. Con epicentro en la provincia de León, el país cuenta con alrededor de 81.000 hectáreas de superficie de cultivo de chopo. Y así ha sido durante mucho tiempo.

Es decir, no hubo cambios significativos en la superficie cultivada.

Sin embargo, las mejoras genéticas y los métodos agrícolas más eficientes han hecho que la producción haya seguido aumentando. En este sentido, el chopo parecía un sector tranquilo, seguro y potente.

Pero las cosas han cambiado… para mejor. La alta demanda industrial de su madera (y los beneficios ambientales asociados a su cultivo) han reavivado el interés por este árbol. Como la ingeniera forestal Flor Álvarez Taboada explica en voz de Galicia“El álamo gana el doble que el pino y el triple que el eucalipto”. Eso lo resume todo.

¿Y cuál es el problema? No se trata de la rentabilidad de las explotaciones (que, como vemos, se están disparando), sino de la capacidad del bosque español para producir madera a la escala que la industria necesita. Álvarez lo dejó claro que “una plantación donde sólo hay unos cincuenta álamos no es rentable para las empresas que procesan esta madera”, que se requieren plantaciones de “al menos dos o tres hectáreas”.

El país necesita “formar asociaciones de propietarios para coordinarse al plantar álamos en sus tierras”. Eso significa que no es sólo un trabajo para “lobos solitarios”. Si queremos que España se beneficie del boom de la cultura popular, es necesario un esfuerzo estructurado que involucre a la industria, las administraciones y los agricultores.

Contra el eucalipto. Ésta es quizás su mayor ventaja. Llevamos años escuchando cosas malas sobre el eucalipto. Suele ser fama injustificada, pero abre todo un mundo de posibilidades. Y el álamo es uno de ellos.

Por su rápido crecimiento, la alta rentabilidad de su madera de calidad, su adaptabilidad al terreno ribereño y su importante valor ecológico (y social), es una excelente alternativa forestal. La pregunta, por tanto, es doble: ¿conseguirá España entrar en la mesa de los grandes actores de la industria maderera? ¿Estamos preparados para que el panorama vuelva a cambiar?

Imagen | garnica

En | La conversión de Portugal a un monocultivo de eucalipto fue un desastre. Y los recientes incendios sólo nos lo recuerdan.

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