Por lo tanto, el cliente altera el sector culinario.

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El consumidor actual ha evolucionado en sus expectativas respecto a la alimentación, trascendiendo la simple búsqueda de sabor y conveniencia. Ahora, los compradores no solo quieren disfrutar de una experiencia culinaria agradable, sino que también anhelan que sus elecciones alimentarias generen un impacto positivo en el entorno. De acuerdo con un estudio realizado por un destacado consultor de encuestas, un sorprendente 81% de los consumidores en España, que se ha convertido en uno de los destinos más relevantes para los paneles orgánicos colombianos, prefiere que sus adquisiciones reflejen valores fundamentales como la sostenibilidad y el comercio justo. No obstante, se ha observado que un 70% de los consumidores siente una profunda confusión ante la abrumadora cantidad de etiquetas y certificaciones que adornan los productos en los estantes, lo que resalta la urgente necesidad de una mayor transparencia y claridad en la industria alimentaria.

Este notable cambio en la mentalidad de los consumidores ha fomentado una transformación significativa en la oferta gastronómica disponible. Restaurantes, panaderías y marcas de alimentos están reevaluando sus ingredientes y procesos para adaptarse a una demanda cada vez más informada y exigente por parte de los clientes. En los últimos diez años, el consumo de productos orgánicos dentro de la Unión Europea ha experimentado casi una duplicación, lo que evidencia que los alimentos naturales ya no son simplemente una tendencia pasajera, sino que se han convertido en una expectativa firmemente establecida por parte de los consumidores.

Desde el campo hasta la mesa: una cadena de valor que integra a todos

Los efectos del consumidor consciente trascienden la simple elección de un restaurante o supermercado. Cada decisión de compra influye directamente en los productores agrícolas, quienes encuentran en la sostenibilidad una oportunidad para mejorar tanto sus condiciones de trabajo como su acceso a los mercados internacionales. Este fenómeno se convierte en un ciclo virtuoso en el que todos los actores de la cadena de suministro se benefician, promoviendo un desarrollo más armonioso y responsable.

«El consumidor actual no solo escoge un ingrediente; elige la influencia que desea ejercer con su compra. Al optar por productos más naturales y sostenibles, cada persona respalda a cientos de familias productoras y fomenta una industria alimentaria más consciente», afirma Helen Ramírez, CEO de Delight Cane. Su declaración subraya la importancia del poder de compra de los consumidores en la configuración del futuro de la alimentación.

Un número creciente de iniciativas están surgiendo con el objetivo de fortalecer esta conexión directa entre el campo y el consumidor final. Un ejemplo claro de esto es Panilla, un edulcorante natural derivado de la caña de azúcar, que ha conseguido hacerse un espacio significativo dentro de esta transformación alimentaria. La inclusión de Panilla en productos innovadores y en propuestas gastronómicas alineadas con principios de bienestar y sostenibilidad demuestra que la demanda por alimentos más naturales no solo está en aumento, sino que también está redefiniendo los estándares y expectativas dentro de la industria.

Hoy en día, la comida ha adquirido una nueva dimensión como una decisión cargada de influencia. Desde la elección de un simple postre con azúcar refinado hasta la preferencia por ingredientes locales y orgánicos, el consumidor moderno ha dejado de ser un mero observador en el sistema alimentario. En cambio, está jugando un papel activo y decisivo al determinar no solo lo que consume, sino también el futuro y la dirección del sistema alimentario global.

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