

NVIDIA ha presentado su plataforma Unidad AGX Hyperion 10un sistema informático y de sensores diseñado para que cada fabricante produzca vehículos autónomos de nivel 4. Uber ya ha firmado un acuerdo tiene como objetivo desplegar 100.000 unidades en su red global a partir de 2027, y Stellantis, Lucid y Mercedes-Benz también se han sumado al proyecto.
¿Por qué es importante?. La conducción autónoma ha sido una promesa persistente durante años, a menudo envuelta en marketing. NVIDIA ha traducido esta promesa en una oferta industrial con arquitectura estandarizada, chips certificados y simulaciones listas para usar. No vende coches autónomos, pero sí el sistema operativo que los hace posibles.
El contraste. Tesla lleva una década vendiendo la autonomía como un acto de fe, con actualizaciones constantes, flota propia y la promesa de “millones de Teslas autónomos” cada año. NVIDIA, por su parte, ofrece una plataforma abierta a la que cualquier fabricante puede conectar su hardware.
- Tesla quiere ser el equivalente de Apple en lo que a coches se refiere.
- NVIDIA prefiere algo más parecido a Windows.
Entre líneas. La automoción representa sólo el 1,3% de los ingresos de NVIDIA, pero este segmento está creciendo más rápido que el resto. En cualquier caso, el anuncio de Uber no proporciona un cronograma real para esas 100.000 unidades a menos que se haga público.
Waymo, que lleva años desarrollando sus robotaxis, ya en su sexta generación y con la solidez financiera de Alphabet a sus espaldas, apenas opera 2.000 de ellos. Existe una brecha significativa entre la ambición y la realidad.
El telón de fondo. Drive Hyperion 10 se basa en dos chips Thor (2.000 teraflops cada uno), catorce cámaras, nueve radares, un LiDAR y doce sensores ultrasónicos. NVIDIA lo diseñó con total redundancia: si falla un componente, el vehículo se detiene de forma segura para evitar fallos en cadena que multipliquen los daños potenciales.
Claro será uno de los primeros al ofrecer conducción autónoma de nivel 4 a clientes individuales, no solo a flotas. El director general interino admitió que hasta ahora la empresa ha decepcionado en materia de asistencia al conductor. Su compromiso con NVIDIA es la clásica idea implícita: es mejor comprar el cerebro que construirlo.
El rastro del dinero. NVIDIA ya no construirá robotaxis por ahora, pero por ahora vende infraestructura: chips, software de simulación, datos sintéticos… Y cobra una tarifa por cada vehículo que utiliza su plataforma. Es un modelo de ingresos más predecible que confiar en que algún día llegarás con total autonomía.
En cualquier caso, Huang afirmó que este momento está cerca. Lo interesante no es si tiene razón, sino que su definición ya no se basa en una fe ciega. Depende de las autoridades reguladoras, certificaciones y pruebas industriales. La autonomía ya no es ciencia ficción, sino un problema técnico. Y estos problemas se solucionan con procesos, no con promesas.
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