Los ganados en el Departamento de Magdalena han expresado su creciente preocupación y angustia debido al abrumador peso de las deudas que han acumulado en el transcurso de los últimos meses. Según su testimonio, sienten que la situación financiera a la que se enfrentan es insostenible, lo que les lleva a cuestionar la responsabilidad que debería tener la empresa Colechera Company en este asunto, sobre todo a raíz de la intervención del monitoreo de la economía solidaria. Los agricultores sienten que, en lugar de recibir el apoyo que necesitan, se ha generado un clima de incertidumbre que solo incrementa su carga económica.
La intervención del monitoreo de la economía solidaria se produjo en la compañía Coolechera en la ciudad de Barranquilla. Esta intervención fue el resultado de un análisis exhaustivo que confirmó la acumulación de pérdidas significativas que habían llevado a una reducción drástica en los activos de la empresa. A esto se sumó un aumento evidente en las cuentas por cobrar, así como un incremento en los pagos que la empresa debe realizar a sus proveedores y agricultores. Esta situación ha creado un ciclo vicioso en el que los productores de la región se ven atrapados, ya que la falta de pagos y la reducción de recursos les impide seguir operando con normalidad.
A pesar de la falta de pagos que debería corresponderles, los agricultores en la región han manifestado que las operaciones de recolección por parte de Coolechera continúan llevando a cabo con la misma regularidad de siempre. Esto genera una inquietud aún mayor, ya que los productores se preguntan cómo es posible que la empresa mantenga sus operaciones mientras aún no han recibido el dinero que les corresponde. Las declaraciones de Francisco Orozco, un agricultor del Magdalena, ilustran perfectamente la situación, ya que comentó: «Tengo dos quince días retenidos del año pasado. Y, sin embargo, uno por no ser infiel a la empresa, perduramos. Hicimos que se llamara un punto de confianza con su historia”. Sus palabras reflejan la desesperanza y la lealtad que muchos agricultores tienen hacia la empresa, a pesar de los problemas económicos que se están viviendo.
Los agricultores en Magdalena exigen soluciones y un compromiso claro por parte de Coolechera. Necesitan una comunicación más transparente sobre su situación y quieren saber qué medidas se están tomando para resolver la crisis financiera que afecta a todos. La incertidumbre en la que viven no solo impacta su capacidad para trabajar la tierra, sino que también pone en riesgo sus medios de vida y el sustento de sus familias. En este contexto, el llamado a una mejor gestión y a la responsabilidad social por parte de las empresas es más crucial que nunca. Los productores esperan que la situación se resuelva pronto, de modo que puedan seguir contribuyendo a la economía regional sin verse abrumados por las deudas y la falta de pagos.