En un trágico incidente ocurrido en las zonas rurales de Jamundí, específicamente en el distrito de Potrerito, cuatro soldados resultaron heridos a causa de un ataque perpetrado mediante un artefacto explosivo improvisado. Esta agresión tuvo lugar en la mañana del 15 de abril y ha sido un recordatorio del peligro latente que enfrentan las fuerzas armadas en su lucha contra grupos armados ilegales en Colombia.
Los soldados heridos forman parte del Batallón de Infantería No. 8, desplegado en las áreas rurales de la Comuna de Jamundí, Valle del Cauca. Este ataque ha sido atribuido presuntamente a integrantes de la estructura criminal conocida como «Jaime Martínez», que está compuesta por disidentes del grupo insurgente FARC.
Disidencias de FARC Foto:Ernesto Cortés. Efe / Archive la hora
Explosión y su contexto
De acuerdo a informaciones proporcionadas por el ejército nacional, la detonación del artefacto ocurrió durante una maniobra realizada por las fuerzas armadas que tenían como objetivo brindar seguridad y verificar la situación del área. Esta situación se tornó crítica cuando, tras la verificación del detonante, se produjo la explosión. En un comunicado, la tercera brigada detalló que, debido a esta actividad terrorista, cuatro soldados fueron impactados, aunque las heridas fueron de carácter leve.
Los soldados activaron los protocolos necesarios para responder a la situación y buscaron contener las consecuencias inmediatas del ataque, mientras colaboraban con las autoridades judiciales para localizar a los responsables de tan repudiable acto. «Definitivamente rechazamos esta acción terrorista, que no solo viola derechos humanos, sino que también infringe el derecho internacional humanitario. Este ataque busca desestabilizar la seguridad y la paz de la población que reside en el sur del Valle del Cauca», expresó el comunicado.
El ejército, en las áreas rurales de Jamundí. Foto:Santiago Saldarriaga Quintero
El general de brigada Juan Odber Rendón, comandante de la tercera brigada, indicó que el ataque se produjo en un contexto donde los soldados estaban ocupados verificando el orden público del área, lo que hizo que la situación fuera más complicada y peligrosa. Desafortunadamente, en el lugar donde se efectuó la explosión fue encontrado el cuerpo del soldado profesional Julio César Vásquez, quien había sido secuestrado el 7 de abril en Santander de Qilichao, Cauca. Este encuentro se dio en el momento en que los soldados intentaban mover el cuerpo de su compañero.
Para las autoridades militares, este acto no fue solo un ataque por parte de un grupo armado ilegal, sino que evidenció una estrategia macabra: utilizar el cuerpo del soldado como un señuelo con el fin de emboscar a las tropas y causar un daño mayor.
Las comunidades vecinas reportaron que la explosión se escuchó con gran claridad en áreas aledañas, incluyendo la encrucijada entre Potrerito y el distrito de San Antonio. Desde la tercera división, se ha reiterado que el soldado secuestrado fue asesinado por sus captores y que su cuerpo fue abandonado en esa zona rural. Se acusa a los disidentes de «Jaime Martínez» de ser responsables tanto del ataque como del asesinato del soldado.
Ejército colombiano. Foto:Istock
Investigaciones en marcha
El mando de la Tercera Brigada del Ejército Nacional ha emitido un nuevo comunicado con respecto al caso del soldado Julio César Vásquez, en el que se menciona que se están llevando a cabo investigaciones exhaustivas en coordinación con las autoridades judiciales, incluyendo el Cuerpo de Investigación de la Policía Nacional y la Fiscalía General. El objetivo es esclarecer las circunstancias que rodean la muerte del soldado y el ataque que lo condujo, además de identificar y capturar a los responsables de este crimen.
Las autoridades han expresado sus condolencias a la familia del soldado fallecido y se ha enfatizado que la institución seguirá apoyando a sus seres queridos durante este difícil proceso. Desde el comando militar, se ha reafirmado el compromiso del Ejército Nacional con la defensa de la nación y la lucha contra grupos armados organizados que amenacen la paz en el sur occidente del país.
El general Rendón también condenó enérgicamente este acto, considerándolo no solo una violación a los derechos humanos, sino un ataque directo a quienes trabajan en pro de la seguridad del país. Se extiende a la familia de Julio César Vásquez un mensaje de solidaridad ante la pérdida de su ser querido.
Carolina Boorquez
Corresponsal de El Tiempo
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