Los Kaden Groves australianos (Alpecin) lograron una destacada victoria este jueves en Nápoles al triunfar en la sexta etapa del Giro de Italia, una jornada que quedó marcada por una alarmante caída colectiva que obligó a varios ciclistas a retirarse de la competencia, entre ellos el australiano Jai Hindley.
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El danés Mads Pedersen, hasta ahora sólido en su rendimiento, mantuvo la ‘Maglia Rosa’ de líder, justo antes de la esperada llegada a la cima en esta décima edición del Giro, un momento que promete ser decisivo para el transcurso de la competencia.
Kaden Groves, demostrando su gran habilidad, ganó con rotundidad en un masivo sprint, superando al belga Milán Fretin de Cofidis y al francés Paul Magnier de Soudal Quick-Step, consiguiendo así su segunda victoria en esta edición del Giro desde que volvió a competir en 2023.
Desafortunadamente, la etapa fue ensombrecida por una caída que ocurrió a tan solo 70 kilómetros del final. Las condiciones de la carretera, extremadamente resbaladizas por la lluvia, llevaron a que varios ciclistas cayeran al suelo. Esto incluyó al ecuatoriano Richard Carapaz, quien fue ganador del Giro en 2019, así como a Paul Magnier y a los británicos Adam Yates.
Jai Hindley se vio profundamente afectado por esta caída. Como uno de los principales asistentes de Primoz Roglic en el equipo Red Bull Bora y campeón de la edición del Giro 2022, Hindley tuvo que ser evacuado en ambulancia, lo que generó una gran preocupación entre los aficionados y sus compañeros de equipo.
Una caída múltiple que encendió las alarmas
Además de Hindley, otros dos corredores también se vieron obligados a abandonar la carrera. El alemán Juri Hollmann, compañero de Kaden Groves en Alpecin, y el neozelandés Dion Smith sufrieron lesiones que pusieron fin a su participación. Se sospecha que Hollmann podría tener una posible fractura en el brazo. Debido a la gravedad de la situación, la carrera fue neutralizada durante aproximadamente veinte kilómetros mientras se atendían a los heridos.
A raíz de este incidente, los organizadores anunciaron que todos los corredores que atravesaran esa zona recibirían el mismo tiempo y que no se efectuarían bonificaciones finales. Esto fue una decisión crucial para mantener la equidad en el desarrollo de la competencia y evitar una desventaja para aquellos que no se vieron involucrados directamente en la caída.
En el transcurso del resto de la etapa, el equipo duplicó sus esfuerzos para mantener una mentalidad prudente, ya que la carretera continuaba húmeda y potencialmente peligrosa. Como si esto no fuera suficiente, el final de la carrera también se caracterizó por la sorpresiva irrupción de un espectador en la ruta, aunque, afortunadamente, no ocurrió ningún incidente grave.
En el último kilómetro, Wout van Aert intentó un ataque, pero el belga, quien hasta ahora había tenido un desempeño decepcionante, no logró concretar sus esfuerzos y terminó la etapa sin el resultado que esperaba.
De cara al viernes, los favoritos para el título general deben prepararse para una séptima etapa que presenta un reto significativo con 3.500 metros de pendiente positiva en los Apeninos. La llegada será en Tagliacozzo, tras una ascensión de 11.9 kilómetros, donde los últimos cuatro kilómetros presentan una inclinación media que supera el 10%, lo que exigirá un esfuerzo excepcional de los ciclistas.
eldeportivo.com.co/afp