La conmoción en la comunidad de San Andrés de Chinchiná, Caldas, ha aumentado tras el escándalo que involucra al pastor José Erley Ramírez Garcés. Este individuo ha sido acusado de abusar de su hijastra, un hecho que ha generado un gran clamor público y preocupación en torno a las actividades de la congregación a la que pertenece. Se informa que miembros de esta iglesia han pedido, a través de medios locales, la liberación del pastor, desatando un debate sobre la protección de las víctimas y el papel de las instituciones religiosas en casos de abuso.
La gravedad de la situación se expone en varias películas que han circulado en redes sociales, donde se observa a Garcés persiguiendo a su hijastra después de que ella lograra escapar. Este material ha puesto de manifiesto no solo la urgencia del caso, sino también la necesidad de abordar la seguridad de los menores en contextos de abuso familiar. Por su parte, el pastor, que fue parte de la Iglesia Evangélica de Santa Rosa de Cabal, Risaralda, enfrenta serias acusaciones de acceso carnal violento y secuestro. Julián Martínez, abogado que representa a la víctima, ha expresado que es difícil desestimar las acusaciones sin pruebas concretas, ya que «no existen antecedentes médicos que indicaran que el niño se encontraba en un estado crítico.»
La policía Caldas capturó al pastor cuando salía del centro médico.
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Police Caldas
Sin embargo, el caso se vuelve aún más complejo con el descubrimiento de ciertos elementos, como una lata y un agujero que aparentemente un hombre hizo en su granja, lo que sugiere la posibilidad de que existieran planes ocultos para dejar a un niño allí, y esto sigue en investigación. Estas revelaciones han generado aún más preguntas sobre el estado de la situación y la necesidad de mantener un enfoque riguroso en la justicia y la protección de los menores.
La asamblea del pastor les pedirá que sean liberados
La indignación ha crecido en respuesta a las declaraciones de algunos miembros de la comunidad que afirman que el pastor Garcés fue víctima de una manipulación demoniaca. Medios locales han documentado cómo miembros del Ministerio Apostólico del Reino han mostrado su apoyo al pastor, insistiendo en su inocencia. Garcés ha rechazado las acusaciones en su contra y cuenta con el respaldo de su congregación, quienes claman por su liberación y argumentan que lo que ocurrió se debe a «una acción demoníaca fuera de él«.
Las declaraciones han dejado a muchos en la comunidad preguntándose sobre la verdadera naturaleza de lo que ha ocurrido. Algunos medios en Caldas han hecho eco de afirmaciones sobre «las fuerzas oscuras» involucradas en el caso, argumentando que el pastor «estaba poseído por el diablo, no es él.» Sin embargo, hasta el momento, no hay información adicional que respalde estas afirmaciones, lo que añade un nivel de misterio y confusión al caso.
¿Cuál es el estado de la víctima?
En cuanto al estado de la víctima, Julián Martínez, abogado que representa a la familia del niño, reveló que el menor de 13 años se encuentra actualmente hospitalizado, recibiendo atención médica y psicológica tras los angustiosos eventos. La situación del niño es crítica y resalta la importancia de una intervención adecuada y compasiva para ayudarlo a recuperarse de este trauma. Mientras tanto, el Pastor Garcés está en espera de que INPEC defina a qué Centro Penitenciario será trasladado, mientras continúa el proceso legal que se avecina.
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