La Semana Santa en Valle del Cauca fue una periodo marcado por eventos perturbadores, no solo por la preocupación relacionada con los ataques perpetrados por los disidentes de «Jaime Martínez», que se produjeron en las zonas rurales de Jamundí, sino también por un violento incidente que tuvo lugar el pasado 17 de abril en la comuna Dagua. Este periodo festivo, que tradicionalmente se asocia con la paz y la reflexión, se vio ensombrecido por la violencia y el riesgo en la región.
En un trágico incidente en la tarde del sábado 19 de abril, la Policía del Valle reportó que se produjeron disparos en una vivienda ubicada en el sector de Portales del Río, dentro del distrito de Tuluá. En ese momento, los residentes de la zona se encontraban disfrutando de la compañía de amigos y familiares, ajenos a la tragedia que se avecinaba. Según los informes de la Policía de Valle, el tiroteo tuvo lugar aproximadamente a las 14:30 horas de ese sábado fatídico.
Sin embargo, durante este ataque, un grupo de hombres armados irrumpió en la propiedad, iniciando un tiroteo que resultó en la muerte de tres personas. El caos y laconfusión reinaron en el vecindario mientras los disparos resonaron en el aire.
Una de las víctimas fatales fue identificado como Jhon Jairo Córdoba, quien lamentablemente perdió la vida en el lugar de los hechos. Cabe destacar que Córdoba tenía un empleo en el distrito de La Campiña, y su muerte dejó una herida profunda en su comunidad y en su círculo de familiares y amigos.
Las otras dos víctimas fueron también hombres, identificados como Juan Camilo Jaramillo, un joven ingeniero industrial de apenas 26 años, y Robinson Carvajal, un hombre de 42 años que se desempeñaba como constructor. Ambos fueron trasladados a un Centro de Salud cercano, pero debido a la gravedad de sus heridas, no lograron sobrevivir.
Según declaraciones de las autoridades y testimonios recabados por la Policía, se supo que la vivienda donde ocurrió el ataque solía mantener sus puertas abiertas, lo que facilitó la entrada de los agresores, quienes llegaron al lugar en una motocicleta. La comunidad está conmocionada, ya que todos reportaron haber escuchado múltiples estallidos de disparos; aunque no hay un conteo exacto, se estima que se escucharon al menos más de diez detonaciones. Una de las víctimas fue alcanzada en el exterior de su casa, mientras que las otras dos buscaban refugio en el interior de la propiedad durante el ataque desesperado.
Este trágico evento ha resaltado una vez más los peligros que enfrenta la región, y el impacto que la violencia tiene en las comunidades locales, especialmente durante un periodo que debería ser de celebración y reflexión. Las autoridades continúan investigando los sucesos mientras la comunidad se encuentra en búsqueda de respuestas y justicia.
Carolina Boorquez
Corresponsal de El Tiempo
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