No todas las madres se limitan al cuidado de sus propios hijos. Algunos, como Tubisay Ospino, se convierten en los pilares de su comunidad, expandiendo el amor de su madre fuera de las paredes de su hogar para cubrir cientos de niños que esperan cada fin de semana un gesto y un almuerzo cálidos, preparados con mucho esmero. En Barranquilla, esta labor se refleja en 32 comedores sociales que se han establecido como verdaderos centros de esperanza, nutrición y unión emocional.
Cada sábado, estos espacios se llenan de risas, juego y aromas que evocan el hogar. Estos almuerzos, meticulosamente planificados y elaborados por manos expertas, alcanzan a más de 6,700 niños en los barrios más vulnerables de la ciudad. Sin embargo, lo que realmente alimenta el alma de quienes preparan estos alimentos son las madres voluntarias que se dedican completamente a esta causa sin recibir ningún tipo de compensación financiera.
Comunidad Barranquilla Eat
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Oficina de Alcalde de Barranquilla
Tubisay, la líder de Barrio Abajo, es uno de esos ejemplos brillantes. Desde muy temprano en la mañana, junto a otras tres mujeres, se establece en su barrio, donde su hogar se convierte en una cocina improvisada. Días antes, logra reunir los insumos necesarios con el apoyo de la oficina del alcalde del distrito mediante el programa «Vamos al vecindario». Con la colaboración de la Comisión de Acción Social, estas madres organizan las tareas y cocinan con alegría. El resultado son platos abundantes, variados y, sobre todo, cargados de afecto y dedicación.
«Lo hacemos por los niños, por sus sonrisas. No hay mayor recompensa que ver su satisfacción con la comida,» asegura Tubisay mientras sirve arroz, carne guisada y ensalada a uno de los más pequeños. «Va más allá de la cocina; es un acto de amor colectivo».
Más que un espacio de alimentación: una muestra de amor
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Estos comedores no son solo espacios para la nutrición; son también centros recreativos. Cada sábado en el comedor situado en el distrito de abajo, que se encuentra en el Estadio Edgar Rentería, se organizan juegos, obsequios y actividades recreativas que permiten a los niños vivir una experiencia completa. Se convierte en un día largo y significativo tanto para los más jóvenes como para las madres que los acompañan.
María Isabel Vargas, madre de tres hijos que no se pierde un solo sábado, atestigua lo que este programa significa en su vida.
Mis hijos son felices. Siempre me preguntan cuándo es el sábado. Están entusiasmados con la comida, pero también se divierten. Estoy profundamente agradecida con aquellas mujeres que crean algo tan hermoso.
María Isabel VargasMadre
Aparte de ser un acto generoso de alimentar a los niños, este comedor también representa una plataforma de empoderamiento para las mujeres. Programas como «Bajero Taste» ofrecen a estas madres la oportunidad de capacitarse, generar ingresos y fortalecer sus habilidades de liderazgo comunitario. De esta manera, lo que comienza como un gesto altruista también se transforma en un camino hacia el crecimiento personal y económico.
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El comedor social opera en varios barrios y corregimientos de Barranquilla, abarcando lugares como Rebolo, La Pradera, Villanueva, Carrizal y Barlovento. En cada uno de estos puntos, hay historias similares a la de Tubisay: mujeres que se esfuerzan incansablemente para asegurar que ningún niño se quede sin alimento ese día.
Estas madres no utilizan capa ni uniforme, pero son verdaderas heroínas. Entre Mornings y Transnocus, logran llevar a cabo lo que muchos consideran imposible: alimentar no solo el cuerpo, sino también el alma de miles de niños, empleando solamente el poder de sus corazones. En un país donde las necesidades básicas a menudo no están garantizadas, su labor no solo alivia urgentes carencias, sino que también brinda esperanza, comunidad y amor.
Porque, como dice el refrán, la madre es solo una… pero en los distritos de Barranquilla hay muchas que actúan como madres para todos. ¿Qué acto más significativo de maternidad se puede ofrecer sin esperar nada a cambio, cocinando para otros niños como si fueran propios y brindando abrazos cada sábado a aquellos que más lo necesitan?