Here’s a revised version of the title using synonyms: «COP30 busca ‘proporcionar soluciones’ y ‘persuadir’ a los actores económicos.»

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São Paulo, 14 de mayo (Efe).– El embajador André Corrêa do Lago, quien preside la próxima conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático (COP30), que se celebrará en noviembre en Brasil, subrayó la importancia de que dicho evento «ofrezca soluciones» y «convenza» a los actores económicos de que existen «alternativas» a las prácticas actuales que han llevado a la crisis climática. Esta afirmación resuena en un contexto global cada vez más marcado por la urgencia de actuar ante la crisis ambiental.

«Lo que necesitamos ahora es actuar e implementar. La economía circular es una de las tantas soluciones que ya están en marcha. (La crisis climática) es una realidad, no es algo que se debe negociar o algo que se espera», comentó Corrêa do Lago durante su participación en el foro titulado «La economía circular como un camino para las metas climáticas y la naturaleza». Este evento se llevó a cabo en São Paulo y tuvo como invitada a Susana Muhamad, presidente de la COP16 sobre biodiversidad programada para 2024 en Colombia.

El embajador enfatizó que la economía circular debe ser considerada como una «lógica económica» que guía a las empresas sobre cómo actuar en este nuevo contexto de sostenibilidad, permitiendo así involucrar a actores del sector privado en discusiones importantes sobre el futuro del planeta. Esta perspectiva es fundamental, ya que el sector privado juega un papel crucial en la implementación de iniciativas que pueden resultar en un impacto positivo en el medio ambiente y la economía.

Sin embargo, Corrêa do Lago también mostró preocupación por la dificultad de conseguir recursos internacionales necesarios para financiar estas iniciativas. «Desafortunadamente, sabemos que los recursos internacionales que necesitamos para esto son muy difíciles de obtener», explicó. Afirmó que, aunque las negociaciones se realizan en foros internacionales, es la implementación a nivel público y privado la que marcará la diferencia en esta lucha global. Sin el compromiso del sector privado, avanzar en las metas establecidas será un desafío significativo.

Asimismo, el diplomático destacó que los compromisos climáticos asumidos por cada país, conocidos como contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC), pueden abordarse de manera constructiva si se conceptualizan como un «modelo de desarrollo». Este enfoque, como lo ha evidenciado Brasil, permite ver las medidas de protección del medio ambiente no como un costo o un sacrificio para el planeta, sino como una oportunidad para un crecimiento más sostenible y equitativo.

«Tuvimos una discusión con todos los ministerios, porque el problema climático cubre a todos. Y la unidad de entendimiento fue que incorporar este modelo de desarrollo era económicamente más interesante y socialmente más justo”, dijo el embajador, resaltando la importancia del trabajo conjunto en la búsqueda de soluciones integrales.

Con miras a la próxima cumbre en la ciudad amazónica de Belém, el objetivo climático de Brasil es ambicioso: incluir todos los sectores de la economía y lograr la neutralidad de carbono para 2050, un objetivo que implica equilibrar las emisiones de gases mediante la reforestación de carbono y la adopción de tecnologías de captura y almacenamiento de carbono. El presidente Luiz Inácio Lula da Silva ha instado a los países más ricos del G20 a intensificar sus esfuerzos hacia la neutralidad de carbono, propuesta que será discutida a fondo durante la COP30, que comenzará el 6 de noviembre con la participación de jefes de Estado de todo el mundo.

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