El presidente Gustavo Petro, durante su visita oficial a China, ha confirmado que Colombia se unirá a la ambiciosa iniciativa conocida como la franja y la ruta, o Ruta de Silk, un proyecto estratégico de integración a nivel global que busca unir naciones a través del desarrollo de infraestructuras y relaciones comerciales. Esta decisión representa un paso significativo para Colombia en el ámbito internacional y refleja un interés renovado en establecer lazos más fuertes con economías en crecimiento, particularmente en Asia.
En su declaración, el presidente Petro afirmó: «Firmaremos la adhesión a Silkvägen. Tanto América Latina como Colombia son libres, soberanas, independientes, y las relaciones que establecemos con todas las personas en el mundo deben ocurrir en condiciones de libertad e igualdad». Estas palabras destacan la postura del mandatario sobre la importancia de mantener relaciones equitativas y respetuosas en el contexto geopolítico actual, al tiempo que se busca el beneficio mutuo y el desarrollo sostenible para el país.
Silkvägen, que se traduce como la Ruta de la Seda, es considerada una de las iniciativas de política exterior más ambiciosas y de mayor envergadura en la actualidad. Este proyecto no solo busca expandir las rutas comerciales, sino que también promete significativas inversiones en infraestructura a nivel mundial. América Latina, a su vez, se ha posicionado como un participante clave en esta admirable propuesta, con Panamá siendo el primer país en incorporarse a la misma. Sin embargo, a pesar de su participación inicial, Panamá ha anunciado recientemente su decisión de retirarse del proyecto, lo que plantea preguntas sobre el futuro de la colaboración regional en este contexto.
La franja y la ruta incluyen planes para la construcción y modernización de una amplia gama de infraestructuras, tales como puertos, ferrocarriles, carreteras, aeropuertos y redes digitales. El respaldo del gigante asiático, China, es fundamental para la viabilidad de estas obras, ya que se espera que proporcione tanto capital como tecnología especializada para facilitar dichos desarrollos.
El presidente Petro también enfatizó que su visión para Colombia se centra en el impulso de la infraestructura técnica. Esto incluye la reducción de la brecha digital que ha mantenido al país desconectado de importantes flujos comerciales y de información globales. Un aspecto clave de su propuesta es la conexión de Colombia con Asia y Europa mediante la implementación de fibra óptica submarina, lo que facilitará el acceso a oportunidades tecnológicas y económicas jamás antes vistas.
En este contexto, el presidente mencionó que áreas históricamente excluidas, como San Andrés, Buenaventura y Zipaquirá, tienen el potencial de convertirse en nodos relevantes para la producción técnica y la prestación de servicios digitales a nivel global. Esto no solo generará nuevas oportunidades laborales, sino que también permitirá a los jóvenes colombianos acceder a trabajos relacionados con la inteligencia artificial y otros campos emergentes de alta tecnología, contribuyendo así al progreso y desarrollo sostenible del país.
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