El único insecto de la Antártida ha empezado a comer algo que no debería – Colombia informa

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Tendemos a pensar en la Antártida como el último bastión de la naturaleza, un desierto helado ajeno a los problemas cotidianos del resto de la civilización. Pero la realidad es que este lugar no está libre de los problemas que tenemos en las zonas más cálidas (y más pobladas) del planeta. Lo demostramos gracias a un pequeño insecto que sobrevivió a glaciaciones y condiciones extremas.

Microplásticos. Y este insecto nos ha dado la pista de que se alimenta de microplásticos, las partículas a las que poco a poco vamos prestando más atención en nuestro entorno. Pero lo extraño es que, como demuestra un estudio, lograron penetrar la red alimentaria terrestre del continente helado. Y la verdad es que hay poco plástico porque hay poca vida humana.

El protagonista. el insecto analizado en cuestión es el Bélgica antárticaun mosquito no volador (ya que perdió sus alas para que el viento no pudiera llevárselo) y es considerado el animal puramente terrestre más grande del continente. A pesar de un tamaño entre 2 y 6 milímetros.

Esto es posible gracias a su excepcional capacidad de supervivencia, ya que pueden soportar la congelación de sus fluidos corporales y una deshidratación extrema. Pero la naturaleza no lo preparó para el consumo de microplásticos.

El estudio. los investigadores ellos tienen Analizan su dieta gracias a la recolección de larvas durante una expedición en 2023. Al analizar las muestras recolectadas mediante técnicas avanzadas, quedó claro que había fragmentos de polímeros plásticos en los organismos. Y aunque la proporción era pequeña, los experimentos de laboratorio mostraron un panorama diferente.

Y una vez que los insectos se exponen a un ambiente que contiene microplásticos, los ingieren con la misma facilidad con la que comen algas o musgo, que es su dieta habitual. Eso significa que no los discriminan.

El efecto. En los humanos todavía estamos tratando de descubrir qué efecto tienen los microplásticos en nosotros mismos, y en los mosquitos no parece ser fatal a corto plazo. De esta forma, estos insectos podrían continuar su vida con normalidad, pero podría haber un efecto sutil en la cantidad de reservas de grasa. Algo donde, en un entorno donde cada caloría cuenta para sobrevivir al frío, cualquier déficit calórico es un riesgo.

El estado del ecosistema. No se trata de la supervivencia de este insecto, sino de cómo la mano humana llega a zonas donde no estamos muy presentes. La aparición de los microplásticos, que coincide con los utilizados en equipos de investigación, ropa turística y residuos marinos, despierta en nosotros la necesidad de reducir nuestro impacto en el medio ambiente.

Y esta ingestión de microplásticos nos demuestra que la contaminación se ha hecho evidente en este ecosistema. Pero hay una buena noticia: no hay riesgo de que los microplásticos entren en la cadena alimentaria de las distintas especies porque no hay depredadores que se coman a este insecto.

Cambio. Sin embargo, este descubrimiento finalmente rompe la ilusión de aislamiento. Desde las fosas oceánicas más profundas hasta las larvas en las islas de la Antártida, no hay lugar en la Tierra que esté libre de la huella de nuestros polímeros. El Bélgica antártica ha sobrevivido millones de años de clima hostil; Ahora hay que ver cómo se adapta al Antropoceno.

Imágenes | 66 norte volard

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