El presidente de la Asociación Bancaria (Asbancaria), Jonathan Malagón, durante la reciente instalación de la 16ª edición del Foro de Vivienda, compartió sus reflexiones sobre las necesidades y deseos de los colombianos en el proceso de compra de viviendas. Destacó que entender estas necesidades es crucial para abordar los complejos desafíos del mercado inmobiliario en el país.
Malagón subrayó que, según informes de líderes sindicales, actualmente un alarmante 22.1% de la población colombiana, lo que equivale a casi 4 millones de hogares, vive en condiciones que no cumplen con los estándares mínimos de vitalidad. En su intervención, el presidente de Asbancaria hizo hincapié en que esta situación motivó al sector bancario en conjunto con el gobierno para establecer escritorios de trabajo que faciliten el acceso a productos financieros diseñados específicamente para la mejora y la reurbanización de viviendas. Esta colaboración busca crear un entorno más favorable para la adquisición de viviendas adecuadas.
En el transcurso de su presentación, Malagón recordó que antes de la reciente creación de estos escritorios de trabajo, ya existía la opción de crédito destinada a mejoras en la modalidad comercial, lo que señalaba un avance en la atención a las necesidades habitacionales de la población.
“Para el año 2030, hemos propuesto que el déficit habitacional se reduzca a un máximo del 19%. Esto implicaría la atención a 500,000 familias afectadas por este problema y la movilización de aproximadamente $8 mil millones del sistema financiero entre 2025 y 2030”, detalló Malagón, enfatizando la importancia de un enfoque estructurado para abordar el déficit de vivienda.
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En relación con otras áreas de desarrollo, Malagón también puso de relieve la importancia de adaptar los programas de financiación existentes en todo el país, complementándolos con iniciativas regionales que han sido desarrolladas por unidades territoriales en los últimos años. Esta sinergia es fundamental para garantizar que las soluciones sean efectivas y estén alineadas con las necesidades locales.
«El objetivo es facilitar el acceso a nuevas viviendas, lo cual contribuirá a reducir el déficit cuantitativo del 7% al 6%, beneficiando a 320,000 familias y generando alrededor de $28 mil millones en créditos durante los próximos cinco años. Afirmó que si se logran construir 150,000 viviendas de interés social cada año, se podrá alcanzar un objetivo aún más ambicioso de reducir el déficit al 3%», comentó.
En su exposición, también reveló que la cartera destinada a la construcción sostenible alcanzó la cifra de $6.5 mil millones en 2023, lo que representa el 5% de la cartera total de viviendas, que incluye créditos hipotecarios y de diseño, sumando aproximadamente $135 mil millones. Este enfoque en la sostenibilidad es esencial para responder a las demandas actuales del mercado y del medio ambiente.
Para avanzar en la promoción de estas iniciativas, se espera que, gracias a incentivos como subsidios familiares para la adquisición de viviendas sostenibles y la implementación de certificados para tasas de interés preferenciales, la proporción de viviendas sostenibles aumente del 5% al 17% para el año 2030. Esto es un paso significativo hacia una mayor inclusión y sostenibilidad en el ámbito de la vivienda.
Finalmente, en lo que respecta a la cuarta área de enfoque, que son las alternativas a la propiedad, Malagón resaltó la necesidad de seguir impulsando proyectos centrados en el contrato de arrendamiento, incluyendo nuevos modelos de negocio como la construcción para alquilar y los desarrollos multifamiliares. En este contexto, sugirió que los recursos asignados para tales iniciativas deberían aumentarse del 3% al 10% de la cartera total de arrendamientos en los próximos cinco años, proporcionando así a los desarrolladores los recursos necesarios para financiar estos proyectos.
