La Oficina del Fiscal General, en colaboración con miembros de la Policía Nacional y el Cuerpo de Investigación Técnica (CTI), presentó ante el juez de control de garantías a Diego Fernando Martínez Cruz. Este individuo está siendo investigado por un delito relacionado con actos de violencia contra su propia familia, específicamente en relación a incidentes que tuvieron lugar en la comuna de Guadalajara de Buga, en Valle del Cauca.
La fiscalía ha emitido una medida que busca establecer prisión preventiva, dado que los delitos que se le imputan a esta persona representan un serio problema social. Según la investigación llevada a cabo, el acusado supuestamente ejercía maltrato físico, verbal y psicológico sobre sus padres, amenazándolos con incendiarlos mientras dormían si no le proporcionaban dinero o bienes. Estos eventos se narran como ocurridos entre el año 2024 y el inicio de 2025, de acuerdo con la declaración oficial emitida por la fiscalía.
El hombre fue llevado ante el juez de garantías.
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Diego Martínez fue capturado el 22 de abril de 2025 en el Corregimiento Chambimbal, un hecho que generó gran indignación en la comunidad. La población reaccionó negativamente ante la forma en que este individuo planeaba actuar violentamente contra sus familiares.
Los servidores técnicos del Cuerpo de Investigación (CTI), respaldados por la Policía Nacional, concretaron la captura de Martínez Cruz el 22 de abril en el área de Chambimbal, dentro de la jurisdicción de Buga. El juez de control de garantía recibió y aceptó con satisfacción la solicitud hecha por la fiscalía, lo que conllevó a que se impusiera una medida de prisión preventiva contra el presunto agresor, buscando así proteger a sus potenciales víctimas y la comunidad en general.
El joven ejerció presión y maltrato sobre sus padres.
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Uno de los motivos fundamentales que llevó a Martínez a cometer tales actos de violencia podría ser su deseo de mantener el control sobre un inmueble familiar, a pesar de que sus padres estaban vivos y continuaban brindándole apoyo. Sin embargo, el acusado no dudó en amenazar a sus propios progenitores, demostrando una total falta de compasión en sus acciones.
La desesperación de Martínez por obtener la propiedad en cuestión lo llevó a hacer amenazas extremas, incluso diciendo que los iba a quemar vivos si no cumplían con sus exigencias. Actualmente, el acusado se encuentra a la espera del juicio, mientras la sociedad se pregunta cuántos años de prisión le serán impuestos por sus delitos.
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