El gobierno de Estados Unidos anunció su segundo ataque cinético mortal en menos de 24 horas contra una embarcación identificada como «narco-barco» en el Océano Pacífico en aguas internacionales frente a Colombia.
El Departamento de Defensa de Estados Unidos, a través de su jefe Pete Hegseth, anunció que tres tripulantes del barco habían muerto como consecuencia de la operación del Comando Sur de Estados Unidos y calificó a los presuntos narcotraficantes como «la Al-Qaeda de nuestro hemisferio».
Según información oficial, el ataque fue autorizado por el entonces presidente Donald Trump y su objetivo era un barco previamente identificado por inteligencia como involucrado en contrabando ilegal.
Colombia respondió a través del presidente Gustavo Petro, quien afirmó a través de su cuenta X que se trató de un «asesinato» y que la estrategia estadounidense violó las normas del derecho internacional. En su opinión, la guerra contra el narcotráfico debería centrarse en el control de puertos y bahías, no en ataques directos con misiles o fuerzas armadas sin coordinación multilateral.
El suceso marca un nuevo capítulo en la presión estadounidense sobre las rutas marítimas de narcotráfico en el Pacífico y marca el noveno ataque a «narcobarcos» en operaciones recientes y el segundo registrado en la región.











