El Ministerio de Salud Pública de Ecuador ha proporcionado más detalles sobre el caso confirmado, que corresponde a un paciente de 26 años localizado en la provincia sur del Amazonas, específicamente en Zamora Chinchipe, que colinda con Perú. El paciente es originario de la ciudad de Loja, en la provincia homónima, que también enfrenta una frontera con Perú. La identificación del caso se realizó tras una exhaustiva investigación clínica y epidemiológica liderada por la Autoridad de Salud Ecuadore.
En un comunicado, la institución de salud indicó: «Este es un caso único y no representa un brote. Hasta el momento, no se han detectado nuevas infecciones, y todos los contactos cercanos del paciente, incluidos miembros de su familia y compañeros de trabajo, están bajo observación, sin presentar síntomas a la fecha». Esta afirmación pretende tranquilizar a la población sobre la falta de nuevos casos y la efectividad de las medidas tomadas.
Dada la presencia de brotes de fiebre amarilla en Colombia, el gobierno ecuatoriano ha decidido fortalecer los controles epidemiológicos especialmente en las fronteras terrestres. Esta normativa es una respuesta proactiva para evitar la propagación de la enfermedad, reforzando el control sanitario en puntos de cruce fronterizo.
Además, Ecuador ha intensificado esfuerzos en las comunidades indígenas del Amazonas para eliminar criaderos de mosquitos, lo que incluye campañas de sensibilización y distribución de repelentes. También se ha promovido el uso de ropa adecuada que cubra la mayor parte del cuerpo, recomendando mangas largas y pantalones, como una medida de protección adicional.
A lo largo de los años, Ecuador ha registrado varios casos de fiebre amarilla en años anteriores, siendo estos en 2000 (2 casos), 2012 (1 caso), 2017 (3 casos) y un caso importado de Colombia en 2024. Es importante señalar que el Ministerio de Salud ha destacado que la cobertura de la vacunación contra la fiebre amarilla en el país supera el 95 % en niños de 1 año, lo que contribuye significativamente a la inmunización de la población.
Una única dosis de esta vacuna garantiza protección vital y proporciona una inmunidad del 95 % a los diez días de recibirla. Desde el año 2000, la vacuna contra la fiebre amarilla ha estado disponible en la región amazónica. A partir de 2009, su aplicación se ha generalizado a nivel nacional, permitiendo que todos aquellos que nacieron durante estos períodos cuenten con la debida inmunización contra la enfermedad.
En este contexto, el riesgo de una propagación de la fiebre amarilla en Ecuador se considera extremadamente bajo. Las posibilidades de que se presenten nuevos casos están conectadas principalmente con migrantes no vacunados provenientes de áreas endémicas. Por ello, se están llevando a cabo rigurosas medidas sanitarias en la frontera para minimizar cualquier posible contagio.
Cabe recordar que la fiebre amarilla es una enfermedad viral que se transmite a través de mosquitos infectados, afectando tanto a seres humanos como a primates. En su fase tóxica, la enfermedad puede ocasionar complicaciones severas, que incluyen la insuficiencia hepática, hemorragias e incluso puede llevar a la muerte.
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