desarrollar su propio submarino nuclear – Colombia informa

Facebook
Twitter
LinkedIn
Pinterest
Pocket
WhatsApp

Brasil toma el relevo casi medio siglo Persigue un objetivo que ningún otro país latinoamericano ha podido lograr: el desarrollo de su propio submarino nuclear. Este objetivo surge en torno al “Álvaro Alberto“, un proyecto que combina infraestructura especializada, transferencia de tecnología y un programa nuclear naval lanzado. Finales de la década de 1970. No se trata de un submarino operativo ni de un avance inmediato, sino de un plan con partes concretas que explican por qué el país se encuentra en un terreno reservado a muy pocos países del mundo. La documentación oficial El inicio está previsto para 2023. Se trata de una previsión de trabajo en el calendario del programa, no de una garantía cerrada.

El objetivo de la iniciativa es un submarino mucho más complejo que los propulsores diésel-eléctricos utilizados en la región. Es una plataforma que conecta su propio reactor nuclear con sistemas de combate y sensores derivados de los utilizados en los submarinos convencionales estadounidenses clase riachuelodesarrollado a partir de la familia Scorpène, pero adaptado a un casco de mayor eslora y desplazamiento. Es un submarino de ataque con armamento convencional y propulsión nuclear pero sin armas nucleares. Obligaciones de no proliferación asumido por Brasil. La propulsión nuclear permitiría operaciones sin tener que subir a la superficie para recargar baterías, aumentando el alcance y la discreción en misiones más largas. y según NuclepSegún la empresa estatal que produce parte del casco, la estructura tendrá una longitud de unos 100 metros y un desplazamiento de 6.000 toneladas.

Medio siglo para llegar a un submarino nuclear brasileño

El proyecto brasileño de submarinos nucleares se puede entender mejor si nos remontamos a los años 1970. cuando la Marina inició su propio programa dominar el ciclo del combustible y desarrollar tecnología nuclear para la propulsión. Este esfuerzo nació con la idea reducir las dependencias externas y garantizar que Brasil pueda avanzar en áreas sensibles sin ser influenciado por proveedores extranjeros. Con el tiempo, el programa nuclear de Marinha se consolidó, sentando las bases para el diseño de un reactor naval autónomo. Es este trabajo el que, décadas después, conduce al intento actual construir un submarino nuclear.

La estructura actual del proyecto no se puede entender sin esto. PROSUBel programa firmado con Francia en 2008 que condujo la construcción de astilleros, muelles y talleres especializados en Itaguaí. Gracias a este acuerdo, Brasil integró tecnologías de la familia Scorpène y formó equipos capaces de construir submarinos convencionales avanzados. Las unidades clase Riachuelo sirvieron como escenario de aprendizaje industrial y operativo, demostrando que el país podía emprender un proceso constructivo complejo. Este viaje nos permite considerar la transición hacia un submarino nuclear desarrollado en territorio brasileño.

Un submarino clase Riachuelo

el concepto de amazona azul Resume la importancia que Brasil concede a su espacio marítimo, un área de millones de kilómetros cuadrados donde se concentran recursos estratégicos e importantes rutas. La monitorización de este entorno requiere medios adecuados operar durante períodos de tiempo más largos sin tener que depender de paradas o cargas frecuentes. La infraestructura desarrollada en Itaguaí así como la red de apoyo desplegada en la costa proporciona la base logística para este tipo de operaciones. En este marco, la Armada supone que un submarino nuclear proporcionaría la autonomía necesaria para reforzar su presencia en el Atlántico Sur.

Antes de que haya un submarino operativo, Brasil debe demostrar que puede integrar de forma segura un reactor naval. y este trabajo se realiza en LABGENEun módulo de suelo que reproduce los sistemas clave del futuro “Álvaro Alberto”. El prototipo incluye un reactor de agua a presión de diseño nacional y utiliza combustible producido por el propio programa nuclear bajo supervisión internacional. Al probar el sistema en tierra, se pueden identificar errores y optimizar el rendimiento sin causar riesgos en el casco del barco. Esta fase representa el elemento técnico más exigente del proyecto.

La situación actual del “Álvaro Alberto” refleja un equilibrio entre lo ya construido y lo que queda por completar. Por un lado, Brasil tiene un diseño definido en sus principales líneas, una cadena industrial dopacífico Fabricar piezas del submarino. y el desarrollo nuclear avanza dentro de las instalaciones designadas. Por otro lado, la integración final del reactor, los sistemas de propulsión y el casco requiere tiempo, pruebas y seguimiento independiente. El programa avanza con una lógica paso a paso, propia de un proyecto que pretende alcanzar un nivel tecnológico sin precedentes en la región.

De concretarse el proyecto, Brasil se sumaría al pequeño grupo de países capaces de operar un submarino nuclear, un salto que tendría importantes implicaciones para el equilibrio naval en el Atlántico Sur. También sería el primer barco de este tipo en América Latina, hecho que subraya el peso estratégico del programa y explica el continuo interés de la Armada. Sin embargo, este progreso depende de la continuidad de las políticas, los compromisos de no proliferación y los costos asociados con el mantenimiento de una cadena industrial tan especializada durante décadas. El resultado dependerá de la capacidad del país para sostener estos esfuerzos a largo plazo.

Imágenes | Armada de Brasil (CC BY-SA 2.0)

En | El lanzamiento más corto de la historia: un yate de lujo millonario se hundió a sólo 200 metros del muelle

Facebook
Twitter
LinkedIn
Pinterest
Pocket
WhatsApp