Con banderas blancas ondeando y mensajes conmovedores de esperanza, los familiares y amigos del soldado profesional Narillanse, Yímer Andrés Coral Gómez, hicieron un llamado a sus secuestradores para que respeten su vida y actúen con prontitud en su liberación.
Esta petición se materializó en una emotiva marcha que recorrió las calles de la comuna de Consacá, su hogar, situado en el oeste de Nariño, donde Yímer es apreciado y valorado por toda la comunidad que arropa a su familia durante esta difícil situación.
Yímer Andrés, junto con su compañero, el soldado profesional Julián Renel Sáenz, fueron secuestrados el 9 de abril en Cúcuta, la capital de Norte de Santander, mientras estaban realizando labores de supervisión en su área de trabajo.
Se espera que Coral Yimer regrese a casa, sano y salvo. Foto:Archivo privado
Poco después de su secuestro, el Ejército Nacional señaló que este hecho tenía la huella del grupo guerrillero Eln.
María Vilota, prima del soldado en cautiverio, compartió detalles sobre Yímer, enfatizando que tiene 28 años y se unió al Ejército Nacional hace ocho años, trasladándose de inmediato a la convulsionada región de Catatumbo, donde su valentía ha sido puesta a prueba varias veces.
El domingo pasado, su madre, Leonis Gómez, viajaba a Cúcuta con el ferviente deseo de acompañar a la esposa e hija de Yímer, quien es aún un niño pequeño.
Marcha en Nariño por el soldado atrapado en Cúcuta. Foto:Archivo privado
Deseos de Regreso
En enero del año anterior, cuando Yímer logró salir por unos días, visitó a su familia en Consacá, expresando su deseo de volver a reunirse con su gente en junio o julio de este año, para celebrar un nuevo encuentro familiar que tanto anhelaba y necesitaba.
«Es una persona excepcional, un colega, emprendedor y solidario», describió su prima, resaltando cómo, después de recibir el visto bueno de sus superiores, se instaló en Consacá, donde organizó encuentros familiares y siempre estuvo presente, manteniendo a su familia unida y apoyada.
«Él siempre se preocupó por nosotros, llamaba a mi madre todos los días, además de preguntar por el bienestar de cada uno de nosotros, incluida mi hermana que reside en otra localidad», comentó.
Los elogios hacia Yímer no se detuvieron ahí. «Era un hombre muy comprometido con su familia; amaba mucho a su pequeña hija, quien apenas tiene cinco meses, pero representa su mayor motivación y felicidad», mencionó.
El 9 de abril, temprano en la mañana y justo antes de su secuestro, llamó a su madre pidiéndole su bendición y consultándole sobre cómo estaba.
La última vez que su familia tuvo contacto con Yímer fue el domingo 6 de abril; aquel día, se interesó por su sobrina, de la que es padrino, además de preguntar por el resto de los familiares.
«Se le notaba callado, pero siempre reafirmaba su compromiso con su tierra, tomando la carrera militar por amor al Ejército», explicó, añadiendo que, tras completar su servicio, se formó como soldado profesional y fue asignado a la región de Catatumbo, donde dio evidencias de su valía.
«Recibió reconocimiento por ser un buen soldado y fue promovido en el Ejército Nacional; durante su trayectoria, tomó varios cursos que lo prepararon para ser un mejor militar y, fundamentalmente, una mejor persona», destacó.
Marcha en Nariño por el soldado atrapado en Cúcuta. Foto:Archivo privado
Demandas en la Marcha
En la marcha celebrada la mañana del 15 de abril en Consacá, familiares y amigos, impulsados por la fe y la esperanza, hicieron un poderoso llamado a los secuestradores para que liberen a Yímer de inmediato.
«Por favor, respeten a él y a su compañero, devuélvanlo pronto a casa, no sabemos cómo se encuentra, si está bien, si tiene un buen descanso, o cómo lo están tratando «, hicieron eco en el ambiente.
Añadieron: «Es urgente que lo liberen, conocemos la calidad humana que es, deseamos sinceramente tenerlo de vuelta con nosotros, en su hogar, junto a su madre, hija y hermanos, porque lo extrañamos muchísimo».
Mauricio de la Rosa
Especial para Tiempo
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