El rey Carlos III de Gran Bretaña y el Papa Francisco tuvieron un encuentro histórico cuando oraron juntos en la Capilla Sixtina, uno de los lugares más emblemáticos del Vaticano. El encuentro, lleno de simbolismo, supuso un momento inédito en las relaciones entre la monarquía británica y la Iglesia católica.
Durante la ceremonia, ambos líderes compartieron un espacio para reflexionar sobre la paz, el respeto entre religiones y el compromiso con la protección del planeta, temas que eran prioridades tanto para el Papa como para el monarca. La oración común fue breve pero elocuente y fue un gesto que enfatiza la cooperación interreligiosa en tiempos de tensión global.
Este evento tiene especial importancia porque el monarca británico es el jefe de la Iglesia Anglicana, lo que hace de este encuentro un paso simbólico hacia el diálogo y la reconciliación entre dos tradiciones cristianas que han estado separadas durante siglos.
Después de la oración, el Papa Francisco y Carlos III mantuvieron una conversación privada durante la cual abordaron cuestiones humanitarias y medioambientales. El Vaticano describió el encuentro como un «mensaje de unidad y esperanza» en un contexto global de creciente división.











