En las calles del distrito de la ciudad de Palmira, reside Adriana, una mujer de entre 57 y 60 años. En esta comuna del Valle del Cauca, se ha vuelto víctima de un hombre que se aprovecha de su situación de discapacidad física. La historia de Adriana es un reflejo de la vulnerabilidad que enfrentan muchas personas en situaciones similares, quienes son blanco fácil de la violencia y el abuso.
Según relatos de la comunidad, resumidos en un informe de las fuerzas del orden público, el violador quedó impresionado por la fragancia de Adriana, lo que lo llevó a cometer el acto violento, abusando sexualmente de ella. Muchos residentes del vecindario han sido testigos del sufrimiento “silencioso” que sufren aquellas personas con dificultades para comunicarse adecuadamente.
Adriana ha sido víctima de agresión y presunto abuso sexual. Foto:Archivo privado
El terrible ataque ocurrió en la Semana Santa, específicamente el 16 de abril en la 31 Carrera 5. Las fuerzas de policía del Valle informaron que el sospechoso, conocido como Héctor Ortiz, fue detenido tras intentar cometer un acto sexual denigrante con una persona incapaz de ofrecer resistencia.
En el informe presentado, se mencionó que el agresor fue encontrado en flagrancia, y la condición de Adriana era especialmente delicada en su estado físico y emocional. Tras el incidente, fue llevada al Hospital Raúl Orejuela Bueno de Palmira, donde se constató que presentaba múltiples heridas en extremidades y en su rostro.
Se reveló que el detenido tenía antecedentes judiciales, y en la audiencia posterior a su arresto, el juez decidió imponer una medida de aseguramiento en el centro penitenciario de Kecitentara. Es alarmante que el sospechoso no reconociera las acusaciones en su contra.
La falta de consideración hacia su víctima se hace evidente, ya que no solo abusó de ella, sino que también la golpeó en la cara y el cuerpo, lo que coincide con los detalles del informe policial que subrayó cómo Adriana intentó defenderse en medio de esta situación crítica. Sus manos reflejan la lucha que tuvo y cómo procuró protegerse.
Campaña «No es hora de cerrar» contra la violencia sexual. Foto:Juan Manuel Vargas / El Tiempo
La llegada de los vecinos fue clave, ya que lograron intervenir en el momento en que el agresor la estaba atacando.
Algunos conocidos de Adriana comentaron que ella había manifestado inquietudes sobre la conducta sospechosa de este individuo anterior al incidente, y que incluso llegó a expresar su miedo hacia él.
Manifestación en contra de la violencia sexual hacia mujeres. Foto:Milton Díaz / El Tiempo
Historia paralela en otra localidad
Otro caso similar resuena en la memoria de la comunidad, el cual ocurrió en marzo de 2024 en Cali.
En esta ocasión, un residente de la calle, con problemas mentales, fue víctima de abuso sexual. Se reportó que el individuo se encontraba en un estado de vulnerabilidad extremada en el túnel de la Copa Mundial, localizado en la Avenida Colombia, que conecta rutas importantes de la ciudad.
La intervención del personal de la región fue oportuna y se llevó a cabo un procedimiento para salvaguardar los derechos de esta víctima, quien aparentemente también sufría por consumo de sustancias psicoactivas.
Una de las manifestaciones generales contra la violencia hacia las mujeres. Foto:Santiago Saldarriaga
Gracias a las acciones llevadas a cabo, ella fue trasladada a un servicio de salud y luego al Hospital Psiquiátrico del Valle, donde se buscó atender su estado emocional. «En esta situación, los derechos humanos de la mujer se encuentran seriamente comprometidos», expresó el representante Gerardo Mendoza.
Mientras tanto, en Cali, denuncias públicas se llevaron a cabo por parte de Roberto Ortiz para proteger la identidad de la mujer que había sido asediada sexualmente. Se iniciaron las gestiones necesarias para ayudar a la víctima.
Según lo informado, tras el abuso, la mujer fue llevada al Centro de Salud y posteriormente ingresada en el Hospital Psiquiátrico del Valle.
Se subrayó la falta de políticas públicas adecuadas para proteger a la población en riesgo, que asciende a más de 8,000 personas viviendo en la calle en la capital del Valle del Cauca. El representante Ortiz hizo un llamado a la secretaría social de la ciudad para pronto iniciar las medidas necesarias a favor de esta población vulnerable.
Informar sobre la violencia sexual
Si usted o alguna mujer conocida ha sido víctima de violencia psicológica, física, económica, o sexual, es fundamental actuar y buscar ayuda. Puede comunicarse con la Línea Nacional 155, donde recibirán orientación y apoyo.
Del mismo modo, tienen la opción de denunciar en la Oficina del Fiscal General, llamando al número 018000919748, o usando el número 122 desde un teléfono móvil, y en Bogotá pueden llamar al 601 5702000.
¿Cuál es el momento de cerrar? | Tiempo Foto:
Si se encuentra en Bogotá, también está la línea púrpura de la Secretaría de la Mujer, disponible al 018000112137.
En la policía metropolitana, es posible dar aviso de cualquier situación de emergencia comunicándose con la patrulla Purarn al 318 8611522.
Además, la Secretaría de Mujeres, Igualdad de Género y Diversidad Sexual exhorta a las mujeres a comunicar sus experiencias de violencia sexual ante las autoridades pertinentes, quienes son responsables de brindar atención a las víctimas. Esto incluye actuaciones en estaciones de policía para atender casos de violencia mental, física y estructural.
Las denuncias sobre violencia sexual, física, paternal o mental también deben ser planteadas en la oficina del fiscal, así como el abordaje institucional para la violencia física, psicológica y sexual y la atención ofrecida por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) para situaciones de violencia psicológica, física, patrimonial y sexual en niñas y jóvenes.
Carolina Boorquez
Corresponsal de El Tiempo
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