“Papi, bendición, te quiero mucho, hasta luego”, fueron las últimas palabras de la conversación que tuvo Paola Tovar Calpa con el padre de Angie antes de morir mientras viajaba entre Piendamó y Popayán, en el departamento del Cauca, hace dos meses.
Llegó a principios de agosto de este año a su ciudad natal de Guachucal, comuna al sur de Nariño con gran producción de leche y sus derivados, para pasar las vacaciones con su familia.
Recuerda que se sintió muy feliz en ese momento porque le contó a su padre Jesús Armando Tovar Guerrero y a su madre Yenni Calpa que estaba a solo unos meses de graduarse de la licenciatura en ingeniería administrativa de la Facultad de Minería de la Universidad Nacional de Medellín.
Comunicado de la Universidad Nacional donde estudió la joven nariñense. Foto:Específico
“Solo le faltaba el último semestre de pasantía, me dijo papi, he cumplido tus sueños, seré ingeniero, por eso vino desde Medellín muy feliz y muy feliz”, dijo su padre con mucha tristeza y dolor.
Decidió regresar a Medellín el 26 de agosto, que fue el último día que la vio con vida. Eran las 4:30 de la mañana cuando fue a dejarla, donde la esperaba un camión de Thermo King para transportar el queso a la capital de Antioquia con fines de comercialización. La acompañaba su conductor Jesús Adrián Marcillo y un asistente, ambos muy amigos de su padre.
Incluso aprovechó para enviarle a su hija remesas mensuales para mantenerla en Medellín.
El mismo día durante la última conversación cuando la llamó, eran las 7:30 de la noche, le preguntó a dónde iban, ella respondió que ya habían pasado por Popayán; Luego le preguntó si ella y sus compañeros de viaje ya habían cenado. Ella le dijo que lo harían después de Piendamó en el restaurante, por lo que él le sugirió que les organizara una cena. La hija respondió: «Sí, papá, no te preocupes», y pronto padre e hija se despedirían definitivamente.
Le gustaba viajar en avión o en autobús.
Anteriormente cuando iba a Medellín lo hacía en avión o autobús, esta vez le dijo a su padre que quería tomar el autobús con sus amigos para hablar con ellos, solo que esta vez el destino le jugó una mala pasada.
“Pero mira cómo era la vida cuando viajé con ellos por primera vez y mira lo que pasó”, dijo con la voz quebrada.
Unas horas más tarde, la madre volvió a llamar a su hija para ver cómo estaba y darle su bendición, pero ella ya no respondió.
Al día siguiente, muy temprano, antes de salir a trabajar, Jesús Armando recibió una llamada del padre del conductor y le informó que se había producido un enfrentamiento entre el ejército y un grupo armado ilegal en un tramo de la Carretera Panamericana, a raíz del cual el vehículo en el que viajaba su hija había resultado dañado.
El padre de Angie Paola Tovar aseguró que le faltan pocos meses para graduarse. Foto:Específico
La noticia perturbó tanto al angustiado padre que sin dudarlo decidió ir a la ciudad de Popayán, pero primero pidió permiso a la empresa donde trabaja.
Estando en la capital del Cauca supo por relatos muy engañosos de algunas personas que la camioneta había sido encontrada en el cruce de la Carretera Panamericana, cerca de la vereda El Túnel, pero también se lo habían comentado a su hija.
“En ese momento salió un grupo armado y obligaron a bajar de la camioneta a mi hija y a Jesús Adrián Marcillo, y al otro conductor se lo llevaron por la carretera que conduce al Putumayo”, comentó.
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Los metieron en una camioneta
Según la versión del otro conductor, Angie y Adrián fueron posteriormente subidos a la camioneta, que luego apareció completamente calcinada.
“Se desconoce si hubo un enfrentamiento entre el ejército y un grupo armado, o si el ejército supuso que en la camioneta había guerrilleros y le dispararon”, dijo el padre nariñense.
«Después de unos 20 minutos regresaron y vieron que el camión estaba completamente quemado», dijo, agregando que la fiscalía llegó posteriormente al lugar para retirar tres cuerpos completamente quemados.
«Había una mujer allí, por lo que dudamos de que pudiera estar allí de repente, no sabíamos si era ella o no, hicimos una prueba genética con la esperanza de que el cadáver quemado repentinamente no fueran ellos y que los partisanos se lo hubieran llevado, pero eso no sucedió», dijo.
Al parecer, los hombres armados sacaron a la gente del camión y la subieron a la furgoneta. Foto:EFE.
Respecto a las versiones tejidas durante casi dos meses, tiempo en el que Angie y Adrián presuntamente desaparecieron, su padre dio la siguiente explicación: «Como no estábamos seguros si fueron ellos los que fueron quemados, también pensamos que se la llevaron los guerrilleros».
Sin embargo, sus dudas e incertidumbres recién se disiparon esta semana cuando se conocieron los resultados de la prueba de ADN. Luego se supo que uno de los cuerpos incinerados correspondía al de su hija, Angie Paola Tovar Calpa.
«El mundo se estaba acabando»
El padre describió este triste momento de la siguiente manera: «¡Noooo! Fue muy difícil, el mundo prácticamente se estaba acabando, había una incertidumbre enorme que no tiene dimensión».
Aunque tienen tres hijos fruto de su matrimonio, afirmó que la pérdida de Angie Paola para su familia es muy lamentable y terrible.
«Quiero saber quiénes fueron los autores para que no queden impunes. Sólo espero que las autoridades competentes tengan que definir esta situación. Creo que todo está claro», dijo el afligido padre, y añadió inmediatamente: «Pido a las autoridades que expliquen la muerte de mi hija, que averigüen quién fue el responsable, lamentablemente vivimos en un país tan peligroso».
El funeral de Angie Paola se realizará esta semana en Guachucal junto a sus familiares y amigos.
Su padre confesó que conocía muy bien las circunstancias de la muerte de su hija y estaba seguro de que la joven de 26 años estaba muy cerca de cumplir el sueño que un día le prometió: convertirse en profesional.
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