Varias organizaciones de derechos humanos han informado que mujeres embarazadas detenidas en instalaciones del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) de Estados Unidos son víctimas de malos tratos y negligencia médica. Según los informes, los detenidos sufrieron retrasos en la atención, falta de pruebas prenatales adecuadas y condiciones de detención inhumanas.
Testimonios revelaron que algunas mujeres fueron trasladadas entre instalaciones sin atención médica oportuna, poniendo en riesgo su salud y la de sus hijos. En varios casos, informaron haber sido ignorados por el personal cuando pidieron ayuda en caso de emergencia o dolor intenso.
Las organizaciones exigieron al gobierno estadounidense investigar las denuncias y suspender la detención de mujeres embarazadas, argumentando que la política actual viola sus derechos fundamentales. Por su parte, ICE dijo que mantiene protocolos de salud que cumplen con los estándares federales y que investiga cualquier presunta irregularidad.
Este caso está reavivando el debate sobre el trato y las condiciones de los migrantes detenidos, especialmente de grupos vulnerables como mujeres embarazadas y menores.










