Chile vive las semanas previas a una elección presidencial decisiva en un entorno político marcado por la incertidumbre y la polarización. Los candidatos están intensificando sus campañas en medio de un escenario donde la economía, la seguridad y una nueva constitución son el foco del electorado.
El debate público se centró en temas como el alto costo de la vida, la desigualdad social, la crisis de seguridad y las reformas estructurales pendientes. Los analistas coinciden en que tras años de tensiones políticas y malestar social, los ciudadanos buscan un liderazgo que ofrezca estabilidad y soluciones concretas.
Las encuestas reflejan una feroz competencia entre las principales fuerzas de derecha, centro e izquierda, lo que hace probable una segunda vuelta. La votación y la participación de los jóvenes en regiones fuera de Santiago serán factores clave para determinar el ganador.
El Servicio Electoral ha fortalecido las medidas de control y transparencia para garantizar un proceso seguro y confiable. Estas elecciones podrían marcar un nuevo rumbo para el país, determinando el tipo de liderazgo y modelo de desarrollo que Chile adoptará en los próximos años.