
En medio de la crisis, actores sindicales han informado a medios locales que la ESE UNA recibió recientemente un giro directo por más de 9.800 millones de pesos, producto de servicios prestados a siete EPS. Este ingreso representa un alivio frente a los giros anteriores, que no superaban los 3.000 millones mensuales.
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Sin embargo, los trabajadores aún no han recibido pagos, y no hay claridad sobre si estos recursos serán destinados a saldar parte de la deuda salarial. La gerencia ha guardado silencio frente a los reclamos de los pediatras, quienes insisten en que no buscan confrontación, sino dignidad laboral y garantías mínimas para ejercer su profesión.
La red hospitalaria del Atlántico atraviesa serios problemas financieros. Foto:Redes sociales
Trece pediatras del Hospital Niño Jesús, adscritos a la ESE Universitaria del Atlántico (UNA), habían dado un ultimátum a la gerencia de la entidad: si antes del viernes 8 de agosto no reciben al menos dos meses de los honorarios que se les adeudan desde noviembre de 2024, cesarán sus actividades asistenciales. La advertencia fue formalizada mediante una carta dirigida a la gerente Rosmery Wehedeking, en la que los médicos exigen una respuesta clara y oficial sobre el estado de sus pagos.
No obstante, Javier Diago, coordinador del área de pediatría del Hospital Niño Jesús, aseguró que el equipo médico no contempla suspender el servicio por ahora, pero sí exige una respuesta concreta sobre la fecha de pago. “En este momento tenemos 30 pacientes hospitalizados. Esperamos que este viernes nos puedan dar una respuesta”, afirmó el especialista, quien reiteró que la continuidad de la atención depende de que se respeten los compromisos laborales con el personal médico.
La red hospitalaria del Atlántico está frente a muchas tensiones económicas. Foto:Cortesía ESE UNA
Servicios quirúrgicos suspendidos y atención en riesgo
La crisis no se limita al área pediátrica. Desde el 1 de agosto, el hospital suspendió los servicios quirúrgicos debido a la renuncia de anestesiólogos y otros especialistas, lo que ha generado un aumento en las remisiones a otras instituciones y demoras significativas en la atención de los pacientes.
“La situación que estamos viviendo no tiene presentación. Hay que preocuparse por quien recibe la atención, pero también por quien la presta”, expresó Gustavo Romero Hany, presidente de la Sociedad de Pediatría del Atlántico.
Los pediatras denuncian que, ante la desarticulación del equipo médico, se han visto obligados a tomar decisiones clínicas en condiciones de precariedad, sin el respaldo de otras especialidades ni insumos suficientes.
Una deuda que supera los $100 mil millones
La situación del Hospital Niño Jesús es apenas una muestra del colapso generalizado que enfrenta la red hospitalaria del Atlántico, administrada por la ESE UNA. Según cifras oficiales, la deuda con el personal médico y proveedores supera los 100 mil millones de pesos.
Aspecto general del hospital Juan Domínguez Romero de Soledad. Foto:Prensa Gobernación del Atlántico
El modelo de salud implementado en 2023, que centralizó la administración de seis hospitales bajo una sola gerencia, ha sido duramente cuestionado. La diputada Alejandra Moreno lo calificó como “un modelo fracasado” y denunció que la ESE UNA “es un enfermo al que sacaron de su propio hospital porque no hay médico que lo atienda ni medicamento que le entreguen”.
La Sociedad de Pediatría del Atlántico advirtió que esta situación se replica en otros hospitales del departamento, como los de Soledad y Sabanalarga, donde también hay personal médico sin pago desde hace meses. “Estamos ante un colapso del modelo de salud en el departamento”, afirmó Romero.
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Mientras tanto, la comunidad médica, los pacientes y sus familias siguen esperando que las autoridades tomen decisiones de fondo y no paliativos temporales que perpetúen la crisis.
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Altercados en la manifestación en Cali. Foto: