En declaraciones a los medios, el ministro de Salud, Edgar Lama, expresó su consternación por la muerte de este ciudadano, quien tenía el hábito de cruzar la frontera con Perú. Lama subrayó que este es un caso «aislado y único», aunque también advirtió sobre el riesgo de «importar casos» desde naciones vecinas, lo que ha llevado a las autoridades a reforzar los controles de salud. Es importante destacar que, hasta el momento, no se han reportado otros casos relacionados.
El día anterior, el MSP había descartado la existencia de un brote de fiebre amarilla en el territorio ecuatoriano e indicó que se había incrementado la vigilancia epidemiológica como respuesta al «riesgo regional» que representa esta enfermedad, especialmente ante brotes recientes en países de la región, como Colombia. La preocupación por el contagio ha llevado a Ecuador a tomar medidas anticipadas y preventivas.
El caso confirmado de fiebre amarilla pertenece a un paciente de 26 años en la provincia sur de Amazon de Zamora Chinchipe, que limita con Perú. Este individuo, originario de la ciudad de Loja, también fronteriza con Perú, fue diagnosticado tras una exhaustiva investigación clínica y epidemiológica llevada a cabo por la Autoridad de Salud Ecuadore. La identificación temprana de este caso es fundamental para evitar la propagación de la enfermedad.
La autoridad sanitaria reiteró: «Este es un caso único y no representa un brote. Hasta ahora, no se han identificado nuevas infecciones, y todos los contactos cercanos del paciente, incluyendo su familia y compañeros de trabajo, están bajo observación y no presentan síntomas». Esta información es crucial para tranquilizar a la población y demostrar que los protocolos de salud están funcionando correctamente.
Dada la situación de brotes de fiebre amarilla en Colombia, el gobierno ecuatoriano ha decidido reforzar los controles epidemiológicos en sus fronteras terrestres. Además, se han intensificado las campañas para eliminar hábitats de mosquitos en comunidades indígenas del Amazonas. Estas acciones incluyen el uso de repelentes y la recomendación de vestir ropa que cubra la mayor parte del cuerpo, como mangas largas y pantalones largos, lo cual es esencial para prevenir picaduras.
A lo largo de los años, Ecuador ha registrado casos de fiebre amarilla en diferentes años, específicamente en 2000 (2 casos), 2012 (1 caso), 2017 (3 casos) y un caso importado de Colombia en 2024. Esto es indicativo de que, aunque las infecciones son ocasionales, no se puede bajar la guardia.
El Ministerio de Salud ha enfatizado la importancia de la inmunización, destacando que en Ecuador la cobertura de vacunación contra la fiebre amarilla es superior al 95 % en los niños de un año. Una sola dosis de la vacuna garantiza protección de por vida, generando una inmunidad del 95 % a los diez días de su aplicación.
Desde el año 2000, la vacuna contra la fiebre amarilla ha estado disponible en la región amazónica, y se ha implementado a nivel nacional como parte del esquema de vacunación regular desde 2009. Aquellas personas nacidas durante estos períodos cuentan con la protección necesaria contra esta enfermedad.
En este contexto, el riesgo de propagación de la fiebre amarilla en Ecuador se considera bajo. Sin embargo, las posibilidades de nuevos casos están asociadas principalmente con migrantes no vacunados provenientes de regiones donde la enfermedad es endémica. Por esta razón, se están implementando medidas sanitarias estrictas en la frontera para salvaguardar la salud pública ecuatoriana.
La fiebre amarilla es una enfermedad viral transmitida por mosquitos infectados que puede afectar no solo a los humanos, sino también a primates. En su fase tóxica, esta enfermedad puede causar complicaciones severas, incluidas insuficiencia hepática, hemorragias e incluso la muerte, lo que subraya la gravedad del asunto y la necesidad de estar siempre alerta. Efusión